Esta obra del 2008 tiene su historia que tal vez algún día relate y que ahora resumo: fue un
encargo de un admirador extranjero que vio mi obra en un vídeo de música, sin
mi nombre, y que le envió a su novia para retomar la relación, tras un enfado.
Ella se quedó prendada precisamente de la imagen que aparecía de mi obra.
El
enamorado estuvo varios meses investigando (en el 2008 no era fácil) hasta dar
con el nombre de la pintora. Me escribió preguntando si aquella obra estaba en
venta o cómo podía hacerse con ella, pues en unos meses se casaban y quería que
ella al entrar en su nueva casa viera colgado el cuadro en el salón. Como
aquella obra no estaba disponible (forma parte de la colección de un museo) me
encargó una similar, otro desencuentro.
Al final,
por problemas aduaneros, la obra no pudo ser enviada, y en su lugar llegó otra
mucho más pequeña, enrollada en un tubo, como si fuera un plano ;).
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